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El País Digital
Jueves
18 marzo 1999

 
per il testo integrale del rapporto del National Academy of Sciences' Institute of Medicine
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SOCIEDAD
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Un estudio oficial de EE UU apoya el uso médico de la marihuana

REUTERS, Washington
El uso médico de la marihuana es uno de los tratamientos más eficaces en los enfermos terminales, afirma un estudio encargado por la Oficina gubernamental de Control de Drogas de EE UU, y realizado por el prestigioso Instituto de Medicina de la Academia Nacional de las Ciencias de ese país. Según el informe, la marihuana no es particularmente adictiva, no actúa como droga de entrada hacia las llamadas "drogas duras", y tampoco está comprobado que su consumo pueda aumentar si es legalizada.

En casi todos los puntos de discusión, los científicos independientes que tomaron parte en el estudio encontraron un consenso "sustancial". "Para algunas personas, los beneficios potenciales superan con mucho a sus riesgos", afirman. Esas personas son los enfermos avanzados de sida y de cáncer.

El informe, que se basa en una investigación de 18 meses, hace constar, sin embargo, que fumar marihuana de forma cotidiana y por largos periodos de tiempo es médicamente peligroso. Los especialistas piden más investigaciones para conocer a fondo cuáles son los efectos de la marihuana en el cuerpo humano.

"Fumar marihuana no debería estar recetado para los tratamientos médicos a largo plazo", señala el informe. "Pero para algunos pacientes, especialmente los terminales o aquellos con síntomas debilitantes, los peligros a largo plazo no tienen real importancia".

Las investigaciones de los últimos 16 años han aportado nuevas evidencias sobre la forma en que esta droga actúa sobre el cerebro y el cuerpo. La droga puede ayudar a moderar el dolor, y aliviar síntomas de otras enfermedades como la ansiedad, la falta de apetito y la náusea.

Marihuana no fumable

Los investigadores quieren ahora diseñar una nueva forma de la droga, que no sea fumable, que sea fácil de administrar y que al mismo tiempo no pierda la velocidad de acción que tiene la marihuana ingerida a través de un cigarrillo.

El informe llega en un momento en el que el debate por la legalización del uso médico de la marihuana en EE UU es cada vez más áspero. La polémica comenzó en 1996, cuando California se convirtió en el primer estado del país que permitía a los enfermos de sida y cáncer usar la droga.

Mientras el Gobierno federal usaba su poder para bloquear la aplicación de la medida californiana, otros seis estados (mediante votación electoral) aprobaron iniciativas similares en 1998. Esto disparó la presión sobre la Administración Clinton para que retire la marihuana del Protocolo I, la lista de drogas peligrosas.

La Oficina de Control de Drogas, que encargó el estudio en 1997 para dotar de precisión científica a la polémica, pidió ayer que continuaran los estudios. Los defensores de la marihuana para su uso terapéutico declararon ayer que el informe es "una victoria inequívoca".

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